Mis libros huyen de las guías habituales que te dan instrucciones o pautas para seguir con tus hijos y ejercer como madres.
Mis libros sirven de apoyo y ayuda a la mujer y pretenden tenderle la mano en momentos de angustia y decaimiento. Que sepan que no están solas, aunque se sientan así muchas veces.
La educación del hijo no termina cuando comienza a valerse por sí mismo. Los padres debemos estar ahí para ellos siempre. Comenzamos nuestra labor cuando les damos ejemplo, normas para la convivencia, valores y una base donde sentirse protegidos pero a la vez libres para ser y hacer. Nuestro papel de padres no termina, hay muchas fases, como la adolescencia, donde deben sentir nuestra mano, nuestra consideración, comprensión y respeto. Será así hasta el fin de nuestros días.